martes, 20 de febrero de 2007

Mi país multicolor.

En mi ánimo de dominar el mundo, he puesto primero los ojos en este trozo de tierra baldía a caballo entre Portugal y Francia. He aquí donde he de iniciar mi misión "evangelizadora", pues es aquí donde tenemos el mayor número de caciques por kilometro cuadrado.

Hace años que España se convirtió en este país donde da asco vivir. Lleno de personas sin el menor sentido de la educación enarboladores del paganismo cultural más absoluto, España cae entre las palabras de presidentes con talante y separatistas analfabetos. Mientras tanto tenemos que tolerar religiosamente la precariedad del mercado laboral mientras tus jefes se gastan lo que debería ser tu sueldo en cochinillo, tenemos que superar esa subida de precios pero no de sueldos que te impiden adquirir una serie de bienes y servicios necesarios para tu desarrollo personal y profesional y hemos de desilachados muchos de nuestros sueños porque los que estan ahí arriba no entienden de esto, pero si de pasta gansa.

Yo por ejemplo no estoy en contra del Euro, pero si radicalmente en contra de esos que se han aprovechado del mismo para darnos por saco sin parar, de esos que han puesto sentido a esa definición del aceite como "oro liquido" y de aquellos que decidieron en su momento que el precio de un café del malo era un euro y no cien pesetas. Y mientras tanto aquí, rodeado en un país de zombies que no saben decir "Hasta aquí hemos llegado" y cortar la cabeza a sus gobernantes y a sus reyes por nefastos e incompetentes. Pero eso no ocurre, porque aquí estamos todos y yo el primero, sin mover un brazo si quiera para cambiar la situación, para decir que me importa un bledo lo que suba el IPC si nosotros no podemos tener una misera vivienda donde poder educar a una familia intentando alejarla de la vulgaridad que nos rodea. Por que al final lo mejor es hacerte una choza en medio del campo y vivir de lo que puedas crear, porque a lo mejor no tendríamos demasiado dinero para adquirir televisiones de pantalla plana, pero al menos seriamos auténticos y no un esbozo humano como puede ser mi caso y el de tantos otros.

Pero no por ahí andamos los que no llegamos al mileurismo lanzándoles odas a nuestros queridos "jefecillos" por su infinita generosidad, mientras escuchamos en los medios de comunicación al imbecil redomado de turno justificando una subida de precios diciendo que en Europa se paga más. Olvidan que en Europa cobran de media tres veces más que aquí... Pero esto no es un tema enconómico debido al retraso que nos provocaron ciertos personajillos con complejo de inferioridad, esto es un tema cultural y es que los españoles tendremos algunos megarascacielos fálicos de cristal, pero tambien tenemos unas cabezas repletas de un compuesto a base de caspa y serrin.

La verdad, desconozco como se vivirá en otros lugares de España, pero lo que es aquí en Madrid da verdadero asco y pavor. Todo consiste en trabajar de sol a sol para un jefe con cara de HP que te racanea hasta el último céntimo de una nómina y después los fines de semana ir a gastartelo a un megasuperguay centro comercial donde puedes comprar ese sabroso filete que se cuece cuando lo echas a la sarten. Y mientras tanto intenta ser persona y ten Digital Plus o una linea Adsl de Telefónica o un seguro jurídico de Legálitas, que después irás echando humo por el intercambiador del Metro mientras ves esas vayas publicitarias que te dicen como se espera que sea de hipócrita nuestra vida y lo bien que te vedría un crédito de una entidad usurera.

¿Y es esto la democracia? ¿Es esto la libertad? Pues la verdad, esto no me parece más que una dictadura de la vulgaridad y del gasto innecesario. Y es que yo no me sentiría libre si nuestra vida se basa desde un principio en pedir un prestamo esclavizador al señor Botín para comprarte una casa, o si mis padres se sintieran tránquilos en torno a mi educacíon si me dejan en una pantalla delante de Los Lunnis. La verdad, ahora te sientas y piensas en la oportunidad histórica que hubiese sido perder la Guerra de la Independencia contra los franceses.

Pero esto es demencial y entre tanta basura no hay ni la más mínima esperanza de esperanza, pues debido a mi trabajo puedo realizar pequeños estudios sociales propios y decir sin un genero de dudas que los españoles somos una panda de imbeciles sin educación ni elegancia de ningún tipo. De vez en cuando hay personas amables con las que da gusto hablar, pero es el ¿2%? dentro de la inmundicia más absoluta. Vale que yo no me sienta orgulloso de mi trabajo, pero la deducción que puedo sacar de cuanto he visto es esa, y no soy el primero que llega a esa conclusión. Es cuando entiendes esa frase al profesor Henry Jones dirigiendose a su hijo en medio de la quema de libros nazis en Indiana Jones y la Última Cruzada y que reza: "Somos peregrinos en una tierra de infieles".

Eso sí, educados no seremos, pero solemnes y por lo tanto hipócritas lo somos un rato y sino tomad como ejemplo a esa institución pública demoniaca que es el Instituto de la Mujer. Hacer no harán nada, pero buscarle los tres pies al gato y soltar milongas se les da "de miedo", y si no mirad lo del anuncio de la firma superultrapija Dolce & Gabanna. Han pedido que se retiré porque incita a dominar a una hembra por medio de la violencia. A lo mejor un ser perturbado puede entender de ese modo al anuncio, pero vamos, yo lo veo y no va a cambiar mi percepción sobre la vida o sobre como ser cariñoso con mi novia.

Otro ejemplo de nuestras buenas maneras se ve en los certamenes machistas de belleza. Vender, no se que venden que no sea caspa; pero lo de que en las bases de un concurso como ese este la norma de que una madre no puede ser Miss denota la cantidad de desechos orgánicos putrefactos que aloja este país. Y lo dejo ya, que se me esta hinchando la vena del cuello y no quiero que estalle, pues todavía tengo sueños que cumplir aunque a algunos les joda.

Murray