miércoles, 7 de noviembre de 2007

Y nos lo queriamos perder.

Hace tres años largos elegí votar al PSOE tras los atentados de Madrid. Aunque no me despertaban las simpatías necesarias, pensaba que era una opción política infinitamente más atractiva que la que hasta el momento me había ofrecido el gobierno del Partido Popular. Pensaba y sigo pensando que la catadura moral y política de aquellos personajes que durante ocho años dirigieron la política española, era lamentable y que era necesario por el bien de mi país echarlos del poder lo más rápido posible.

Ahora, tres años largos después, la pescadilla se ha vuelto a morder la cola. Mi visión política de la realidad de mi país vuelve a estar en la misma situación. Quizá este bastante más preocupado que antes, ya que con el Partido Popular más o menos sabías a quien iban a apoyar o por dónde iban a salir, pero en el caso del PSOE de Zapatero esa tarea se hace imposible. No puedo decir que esto haya sido una decepción para mí, ya que desde el primer día la política del PSOE me ha generado sentimientos encontrados que me han hecho dudar de mi orientación política, pero lo cierto es que si a esto se le llama una política de izquierdas, no creo que yo este adscrito a la misma.

Y la verdad, todo esto te hace perder la fe en el sistema y cuando pierdes la fe en el sístema pierdes la fe en la vida, en tus posibilidades de cara al futuro y en los sueños que hasta hace poco tenías. Si no puedes confiar en que tu país irá funcionará bien, será cada día mejor y dará cabida a los proyectos de todo el mundo, la verdad, no se que nos queda. Yo es que no quiero ser una pieza del engranaje "progresista", un borrego que haga suyas las palabras sin sentido de un político, quiero ser yo y tener cabida como tal en este sístema dividido entre "progres" o "fachas". Lícitamente yo puedo tener mi propia percepción del mundo distinta a la del resto de personas, mi propia opinión acerca de la última actuación política de nuestro gobierno o mi propia visión de la realidad de mi país. No es lícito lo que ocurre ahora, que parece que esta de moda ser un "progre alternativo" que en el fondo esta tan aborregado como lo pueda estar el resto de la sociedad.

No amigos, yo no me siento en democracía. Me direis que si esto no fuese una democracia yo no estaría ahora mismo escribiendo aquí opiniando y criticando sobre lo que creo conveniente hacerlo, pero lo siento amigos, yo hoy por hoy no me siento libre ya que mi país es incapaz de generar bienestar entre los ciudadanos mientras las grandes corporaciones se forran cambiando y manipulando a su antojo nuestros habitos de vida o nuestra propia visión del mundo.

Pero me estoy desviando demasiado del tema, y lo que quería decir es que siento pánico sabiendo que con total seguridad nuestro actual gobierno renovará la confianza de los electores en los próximos comicios. Son demasiados los despropósitos de este gobierno para enumerarlos de uno en uno. Corrijo, no son despropósitos ya que el objetivo de las políticas del PSOE esta demasiado bien estudiado como para que una ley se pueda tachar de "error" o "equivocación" por incompetencia. Zapatero no es ningún incompetente al contrario que su ministro de defensa. Todo lo contrario. Pero puedo decir que son demasiadas las políticas adoctrinadoras que esta llevando a cabo el actual ejecutivo como para que una persona como yo se sienta tranquilo. Y en esto estoy de acuerdo con el polémico e infame peridista que es Federico Jiménez Losantos, todo apunta a que se esta promoviendo un cambio de pensamiento y de percepción de la realidad entre la sociedad. Todo apunta a que el objetivo último de nuestro ejecutivo no es realizar una política "progresista" generando leyes tan polémicas como adelantadas a su tiempo. No, el objetivo es otro y cada vez estoy más convencido de que el mundo vivirá sustanciales cambios en los próximos años.

La maquinaria se esta engrasando, las mentalidades estan cambiando y de ilusos sería pensar que a partir del convulso Siglo XX todo va a ir a mejor. Lo diré de una forma "castiza". Ni de coña.