jueves, 3 de mayo de 2007

Crónicas de un mangurriano errante.

Algo huele a rancio cuando día tras día, mes a mes y año tras año nada cambia en la localidad donde uno reside. No es que me sienta orgulloso por haber optado por olvidarme de todo cuanto ocurre en mi municipio, por no participar en sus asuntos ni tampoco en sus celebraciones. Lo siento, es que no puedo. Es tan diferente a mí, tan contrario a cuanto significan mis ideas que el ver a multitud de jóvenes sin otra cosa en la cabeza que el día a día y el hedonismo más puro, me ha provocado que haya optado por mirar a otro lado y sobretodo, no juntarme. No os voy a engañar queridos amigos, jamás he tenido una moto, y menos para fardar. Tampoco me corto el pelo al modo "chulomierda", tan de moda ahora y mi forma de vestir difiere bastante de esa ropa "deportivo - rapera" que abunda por estos lares. También soy algo mayor para ello con mis 24 añitos recíen cumplidos para mi desgracia, pero no crean que puedo encontrar precisamente a grandes pensadores entre los jóvenes de este lugar. Ya he hablado a veces de esto, de la problemática especial de este lugar de las cercanías de Madrid, de ese compromiso sanguíneo de sus habitantes con la virgen y con los toros y de ese anclaje en el tiempo y en sus costumbre en el que se ha quedado este municipio madrileño.

Así es queridos amigos, al parecer ninguno de esta minoritaria mayoría tiene inquietudes de ningún tipo. Toda su vida ha girado, gira y girará siempre en torno a los mismos ejes, a las mismas cosas y por encima de todo, a los mismos miedos. No es de extrañar que esta localidad tenga el mayor índice de fracaso escolar de toda la Comunidad Autónoma, al fin y al cabo muchos de estos terminan trabajando en empresas familiares y uniéndose en los ratos libres para enfrentarse juntos a la amenaza que supone todo cambio.

Y cambios es lo que precisamente necesita este pueblo. El de la mentalidad de algunas personas al parecer de momento es completamente imposible, pero desde otras esferas hay que tener narices de enfrentarse a estas cuatro personas de pocas ideas y mucha mala leche y llevar al municipio al Siglo XXI. ¿Como se hace esto? En primer lugar modificar todo el centro urbano, construyendo nuevos equipamientos y cortando el tráfico privado. De esta forma y debido a algunas necesidades de fuerza mayor el montaje de la Plaza de Toros en Fiestas en la plaza del ayuntamiento será inviable y deberá buscarse una ubicación en otro lugar que no afecte tanto a los vecinos (que también los hay) que siguen haciendo sus quehaceres en época de fiestas. Más cosas, de seguir siendo necesario una Plaza de Toros (de lo que yo estoy en contra), reducir radicalmente el número de espectáculos taurinos o en su defecto que una empresa se dedique de los mismos. Así el dinero público no decae en ganaderías y se puede emplear para otras cosas más necesarias en un ayuntamiento deficitario como este. Importante también sería de ser posible eliminar esas viviendas abandonadas (que las hay) en el centro del pueblo y que irónicamente son las que convierten las calles en estrechas e impracticables. Llegando a acuerdos con sus propietarios, se recuperaría suelo público para aliviar la saturación que suponen esas calles tan estrechas y fomentar la movilidad. Pero es más fácil lo que ahora se hace y es que se derriben esas casas y los mismos empresarios locales de la construcción de siempre (patriotas del pueblo y su virgen de pro), construyan viviendas y apartamentos mínimos utilizando esos solares y utilizando hasta el último milímetro o alguno más del espacio disponible. Así al fin y al cabo seguiremos teniendo esa calzada de metro sesenta y esa acera de treinta centímetros para constituir nuestro pueblo del Siglo XXI. Otra cosa de la que adolece esta localidad es la de espacios verdes. Todo esta diseñado y apelotonado para acaparar a los cincuenta mil habitantes que seremos ahora, pero nada más. No existen los equipamientos ni los espacios verdes que serían deseables para un crecimiento sostenido y equilibrado. Muchos dicen que si hay, pero no creo que una zona verde sea una porción de arena con un columpio y el minúsculo parque donde los ancianos juegan a la petanca. También hay que fomentar la instalación de empresas de alta tecnología y del sector terciario en el polígono. No es que no aporte riqueza el polígono actual, pero tampoco ha de basarse en pequeñas empresas familiares (de los de siempre) sin el más mínimo deseo de mejorar, de ser más eficientes ni de crecer. Así por descuido también se fomentaría un empleo de calidad, tanto para los trabajadores como para las empresas que precisaran de personal más cualificado. Entonces algunas personas hasta las narices de dar martillazos y ver que no puede llevar a fin de mes con su familia a lo mejor anima a estudiar a sus hijos, y con el estudio viene el entendimiento y con este último una gran verdad para estas gentes y es que los toros y la virgen no son cosas importantes, que hay muchas cosas loables por las que luchar. Otras cosas importantes que hacer serían fomentar el transporte públicocómodo y de calidad. Ampliar alguna parada el Metro, redes de micro-buses ecológicos que sirvan como lanzaderas a otros medios de transporte de mayor capacidad como el Metro. La instalación de un tranvía para poder transportar a toda esa gente que vendrá al hospital y que pasase por puntos estratégicos. Así nos aseguramos un transporte rápido y eficiente entre todos los puntos del municipio. Ya se que esto no es Tres Cantos o Parla, pero es lo coherente. Pero al fin y al cabo las mismas personas siguen teniendo el poder, y desde el ayuntamiento las políticas se dirigen invariablementehacia estas personas. En definitiva algunos de ellos (hijos de la patronal local) pertenecen a los partidos más importantes, también son personas que si no se las mantiene contentas son una fuerte oposición y existen riesgos (reales) de que se produzca algún altercado violento en cuanto cambie su humor con alguna política poco favorable a sus intereses, y sobretodo visto lo visto, a nadie le importa lo que pase aquí. Muchos trabajamos en Madrid y si hay cuatro que ven en este espacio un territorio donde todo vale, nos da lo mismo mientras no nos afecte. Nadie participará pues en los asuntos del pueblo y nadie protestará por una política conformista con la realidad de este pueblo.

Por eso no es de extrañar que nada cambie, que en el fondo todo siga igual y que no se opte por mejorar las cosas en todos los frentes en que son necesarias estas mejoras. Los cambios, sean los que sean siempre serán mal vistos por una mayoría minoritaria de los habitantes de esta tierra tan particular. Pero ellos se autoproclaman como los defensores. Sus armas, la ignorancia y la mala educación. Su bandera, la virgen y los toros. Comosabrán son cosas que la propia sociedad española se ha ocupado de dejar de lado en diversos lugares debido a que irónicamente las cosas cambian, pero aquí todo esto sigue a la orden del día. Y cuidado, que ahí estamos los "mangurrianos" con nuestras ideas ilustradas, pero poseer administrativamente el gentilicio de este pueblo y tener ideas propias, algunos lo consideran sumamente peligroso y de obligada erradicación. ¿Qué queda pues? Pasar del tema. Vivir y procurar no fomentar las raras mezclas. Mientras tanto los mismos ignorantes de siempre y los mismos miedos gobernaran esta pequeña ciudad del sureste de Madrid. Mi padre dice que Dios esta en todos lados. Quizá sea hora de iniciar los preparativos y empezar a buscarlo. Aquí desde luego que no lo esta, pero sabiendo que yo no soy peligroso creo que entenderán mi metáfora. Mientras dejemos esta obtusa tierra para que Gulliver nos la relate en alguno de sus viajes.