sábado, 29 de diciembre de 2007

El éxito musical de esta Navidad

No me gustan mucho los villancicos. Ni cantarlos, ni escucharlos. Me suelen poner nervioso, a excepción de aquellos que musicalmente están más elaborados. Y, por eso, no los pongo en mi blog para felicitar la Navidad.

Pero, el fenómeno paranormal que actualmente estamos padeciendo los españoles, me obliga a hacerme eco de un villancico que, aunque tiene un año de antigüedad, ha sido en estos días del año 2007 cuando ha saltado a la palestra de los "número 1" de la porquería audiovisual producida en exclusiva en nuestro suelo patrio. Y es que, en lo que se refiere tanto a producir semejantes cosas como a recibirlas del exterior, los españoles nos damos una maña que válgame el Señor.

Les pongo el enlace al vídeo de YouTube para que puedan conocer esta obra maestra de primerísima mano:


La oveja naranja

Os enlazo a los blogs en los que podréis encontrar la historia y los por qués de semejante despropósito en materia de villancicos, de tamaña ridiculez. Se trata de los blogs de l3utterfish y de Mejugenia.

Como habéis podido leer, se trata del Efecto Oveja Naranja que ha saltado a la fama desde que salió hace unos días en el programa de televisión Sé lo que hicísteis, de la Sexta. Al parecer, se está consolidando como la canción de estas Navidades, desgraciadamente para nuestros sistemas nerviosos. Lo curioso es que este grupo de muchachas pertenecientes al Colegio Mayor Olabidea de Pamplona -del Opus Dei, por cierto (¡cómo está la Iglesia, señores!)-, presentaron su prima opera navideña en un concurso que se celebró el año pasado. No ganaron, pero este año, quizá sin comerlo ni beberlo, han tenido la oportunidad de hacerse famosas y cubrirse de gloria como ya lo han hecho otros en España (véase el famoso caso del Amo a Laura, de Los Micrófonos y de tantos otros "cantantes" que han dado el "cante", colaborando en la destrucción de nuestros tímpanos y en la autodestrucción de este sorprendente país y, después, han desaparecido para siempre sin que volvamos a saber nada más de ellos).
Ahora estas muchachas tendrán que gestionar el éxito con inteligencia, si quieren hacer frente a todos sus fans y a los frikis que, a buen seguro, se morirán por la dichosa cancioncita. Espero que el éxito no se les suba a la cabeza y que se busquen a un buen representante que nos permita seguir meándonos de la risa con sus cánticos.

No obstante, hay varias preguntas sin respuesta. Por ejemplo:
1.- ¿Por qué la oveja tiene que ser naranja? ¿Está el villancico patrocinado, acaso, por ING Direct?
2.- ¿Qué tiene que decir la Conferencia Episcopal acerca de este espectáculo? ¿Y sobre los instintos musicales más bajos de estas jovenzuelas? ¿Estaban deseando darles rienda suelta cuales almas descarriadas?
3.- Mucho se ha hablado de que la Iglesia Católica necesita un nuevo Concilio para dar continuidad a la renovación que imprimió en ella el Vaticano II de Juan XXIII y Pablo VI. Pero, está claro que a la vista de esto no hacen falta concilios, ni renovaciones. Estas juventudes van a dejar a la Iglesia completamente irreconocible.
4.- ¿Estos son los riesgos que hay que asumir a la hora de matricular a un hijo/a nuestro/a en un colegio privado religioso?
5.- ¿Hay alguna indemnización oficial contra la basura musical y sus daños sobre los tímpanos de los españoles y los suicidios en masa que, una vez escuchado esto, dan ganas de perpetrar?

La Virgen, qué asco. Estas cosas me ponen de un humor de perros o de ovejas, ya que estamos hablando de fauna.
Ahí os dejo el hit parade de estas navidades. Que lo disfrutéis, con mis mejores deseos de que soñéis con una oveja naranja, EH, naranja, EH, naranja, la oveja, la oveja, EH, naranja, la oveja.