martes, 16 de septiembre de 2008

Putas, todas putas

La etimología siempre me ha parecido una ciencia inútil y estúpida. Muchos de nosotros no hemos tenido más contacto que los típicos análisis de primaria (salta-montes, corta-césped, lava-vajillas...) Y cuando avanzas un poco más resulta más coñazo todavía. Está de puta madre saber que algo viene del latín, y esa palabra del latín del indoeuropeo que a su vez deriva del sánscrito... ¿Pero por qué se decía así en sánscrito? Eso los etimólogos no lo saben, luego es una ciencia inexacta e inservible.
Pero hay cosas que son realmente divertidas. Por ejemplo, investigar el origen de los insultos y blasfemias, que son los vocablos más puros e intrínsecos, y los de origen más recóndito. Por ejemplo, puta. Pues una simple contracción de prostituta, me dirán. No señores. Tiene miles de teorías y orígenes posibles, pero quizá el más curioso es este:

En Latín, putus (feminizado puta), venía a significar muchacho (muchacha, en caso de puta). A su vez, putus tiene la raíz pu, que es común en muchas lenguas indoerupeas para representar procreación, un hijo, un bebé, un niño.

Luego, puta viene a significar mozuela. Joder, y encima se queján de que las llamemos putas. Las decimos que están en la flor de la vida y en la mejor edad y se quejan. Serán... putas.

(Versión original y cutre en mi blog)