miércoles, 11 de junio de 2008

LA QUE VALE, VALE.

Otro día más que me siento en el sofá después de una larga jornada de trabajo. Otro día más que me cuesta decidir que canal dejar debido a la gran oferta que tenemos de programas interesantes, series bien hechas y noticias de actualidad. Otro día más que acabo dandole las gracias a mi padre por comprar un aparato pirata de televisión por cable...

Pero depués de todo tengo que admitir que me he "enanchado" a la novela. También debo reconocer que no es la primera vez que me pasa, que algunos años atrás ya pasé por esa experiencia...Todos tenemos vicios y ,entre los zapatos y los cigarros, este creo que es uno potencial que puedo adquirir en mi inmediato futuro de espectadora. También debo admitir que soy un poco "adicta" a los ralitys y en esto soy un poco peor porque no me importa lo más mínimo el formato: me gustan casi todos. Pero para esto tengo una explicación válida: no tengo demasiada vida social últimamente (mucho trabajo y clases hasta las tantas) y la poca que me queda no es nada excitante así que tengo debilidad por sentirme parte de la vida de la gente aunque sólo sea desde el sofá de la casa.

Pero hay una cosa por la que no paso, algo que no tolero y que tiene nombre propio y hora de emisión. Es un programa nuevo que emite Telecinco en sobremesa. Un estúpido programa con gente no mas inteligente. Se trata de un concurso televisivo-reality que consite, basicamente, en encontrar novio a dos pobres mujeres que no pueden hacerlo por si solas. Aún no tengo muy claro por qué estas chicas "tan monas" encuentran tan díficil encontrar pareja y tengo dos hipótesis, una para cada una. Para la primera porque es demasiado guapa y los chicos se intimidan: es un bombonazo de cuerpo diez y melena negra al viento, con labios prominentes (no seré yo quien diga que de silicona) y piel bronceada. La segunda de ellas de aspecto más "normal", inteligente y culta y los chicos se sienten intimidados por los cuatro idiomas que habla, la carrera que estududió y los lugares en los que ha vivido.

Pasemos ahora a los chicos. Son treinta: quince por chica. Su misión básica es conquistarlas a través de una serie de citas. Ellas escogen al chico y el prepara la cita en la que intenta sorprenderla y conquistarla para llevarse el suculento premio: para empezar la chica y ya veremos más adelante la conpensación económica o el viaje o la fama o vete tú a saber qué. Entre ellos hay de todos: gemelos, metrosexuales, pseudohippies, gente con terrenos y mucha carne de cañón. Además de los modelos que llevan a la tele, los peinados y complementos masculinos de última moda no hay que dejar escapar ninguno de los comentarios que les hacen a las chicas en la presentación-recordatorio de su persona.

Y vamos a lo que vamos. Me llamó la atención uno de los chicos. Alto, moreno, cuerpo atlético, bien vestido, peinado y maquillado. Vaqueros ajustados oscuros, blusa blanca abierta hasta el ombligo y cinturón de D&G. Sonrisa cálida, mirada complice... Uno de esos tipos en los que nunca me fijo. Y no me fijo en ellos por cosas como las que sucedieron a continuación en el plató. Era uno de los últimos en presentarse y cuando lo hizo fue de una forma..."Mi nombre es...Tengo... años. Y lo único que quiero decirte es que tenemos que dejar el físico de la gente a un lado para dar paso al interior de las personas". No puedo decir que fuesen sus palabras exactas pero en esencia era eso lo que dijo. Madre mía ¿cómo él pudo decir eso? ¿Cómo se le ocurre al metrosexual de turno decir que él no es el que busca nada fisico en una relación? Si no fuese yo la que vió el programa me hubiese dado lo mismo pero me sentí muy indiganda cuando escuché de esa boca aquella parrafada.

Tengo 25 años. He estudiado Fp superior, he hehco una carrera, hablo tres idiomas aparte del mi lengua natal, he asistido a seminarios, hecho cursos de informática y contabilidad y aún sigo preparandome pero como no tengo las medidas físicas que se requieren ni la masa corporal de las modelos de pasarela los tios son muy poco decorosos con mi persona. Sí, he tenido relaciones pero cuando conozco a alguien tengo que esforzarme mucho más que alguna chica que "esté buena" para merecer una segunda oportunidad. Juego con mucha desventaja porque mi inteligencia y mi cultura no me ayudan. Si tuviese encefalograma plano y no supiera diferenciar entre mi espalda y mi culo pero tuviese un cuerpo de esos que permiten usar camisetitas por encima del ombligo las cosas serían my diferentes.

Vivimos en la era del consumismo en el que los canones no son elegidos, son impuestos y si no te quieres adaptar a ellos preparate para que te excluyan parcialmente de la soiciedad. Hoy en día no interesa lo que no vaya unido a una talla 38 y a unos pechos de silicona cuanto más grandes mejor. Y yo estoy muy cansada. Me siento orgullosa y reinvidicativa de la parte que me toca y no voy a decir que yo soy menos por no utilizar la misma ropa que Barbie. No tengo el coeficiente intelectual de los grandes genios pero me considero una persona culta y educada, cosa que hoy en día no existe en la mayoría de la juventud.

Siento como el resto pero a veces me veo obligada a padecer más que otros por el simple hecho de no ser "una tia diez". Pues siento mucho decir que para mi un tio un diez no es uno de esos que viste con cinturones D&G y lleva camisas desabrochadas hasta el ombligo y utiliza cremas y perfumes como una mujer. Lo siento por vosotros chicos pero yo lo que quiero, valoro y necesito en mi vida es alguien que me aporte algo: como mujer y como persona. No quiero un tio que no sabe donde esta el rio Nilo y que tiene como modelo humano a Kate Moss o al futbolista de turno. Yo necesito a alguien de carne y hueso que satisfaga mi interés, mi curiosidad y que se comprometa. Alguien que me aporte sentido y cordura, que comparta conmigo cosas que detesta y que en cierto modo me obligue a sacrificarme a mí.

Estoy harta de prejuicios, falsas modestias y de la frase "eres una gran amiga" porque recuerdo que a mis amigos ya los elegí yo hace tiempo. Estoy harta de que intenten venderme la moto en la televisión, la radio y la calle por la que ando y que la gente siga diciendo aquello de que "lo que importa es el interior". Y estoy harta porque todos lo que lo promueven no son más que una panda de hipócritas que lo único que quieren es un "pivón" para fardar delante de los amigos y decir que están con una tía mejor que la Pataky. O buscan para el puesto de trabajo alguien "con buena presencia" y descartan un buen curriculum por una talla 38. ¿Y sabeis lo que os digo? Que yo no soy una de esas que se bajará del burro. No voy a dejar de comer helado este verano, ni a someterme a una operación de estética para que me acepten porque yo con todas mis virtudes y mis millones de defectos se lo que valgo y no voy a consentir que un progrma estúpido de televisión me haga sentir lo contrario.

Así, que si un día me veis por la calle andando con mis kilos de más y mi forma extraña de vestir espero que volvais la vista pero no como de costumbre para mirar el culo si no para sentir admiración por una de las pocas personas que dijo: NO. No a la estupidez y a la falta de sentido común, no a someterme a lo que no quiero para encajar y no a los tios que son solo tios porque lo dice su codigo génetico no porque sean hombres de verdad y de los que merecen la pena.

Y si llega el día en el que cambio y me vuelvo profundamenre estúpida y sólo pienso en zapatos y camisetas cortas a juego con un cinturón o me veis paseando de la mano de un chulo de playa sólo os pido que os acerqueis a mi ,me mireis de arriba abajo y no os falte el valor para darme una buena bofetada y recordarme ,por si lo he olvidado, lo que de verdad importa en esta vida.

P.D. Aunque creo que podeis estar tranquilos...