martes, 16 de enero de 2007

En los tercios de flandes no se luchó por esto...

Poco podían imaginar nuestros antepasados en lo que se convertiría ese pequeño gran país en la orilla del mediterraneo a lo largo de los años. La gente luchaba y derramaba sangre por un futuro mejor que nunca llegó, y ahora cuando veo el chiste que es el Congreso de los Diputados u observo lo poco que vale esta sociedad de muertos vivientes, no puedo más que acordarme de aquellas personas que se arriesgaron a todo por un sueño.

Son malos tiempos, la ignorancia impera por doquier y el librepensamiento vuelve a ser perseguido. Lo peligroso es que no es perseguido por diversos mecanismos políticos y judiciales creados a tal efecto, sino que hoy y ahora es la sociedad misma la que se autocensura. Siendo frios y cautos no podemos sino afirmar que la democracia ya no existe, y menos en este país con enormes carencias éticas.

A lo largo de la Historia Hispana, decenas de figuras de renombre se preocuparon por no hacer lo adecuado en el momento propicio. Reyes y Presidentes de la República erraron o fracasaron en sus políticas para mejorar aquel imperio antaño glorioso. Al final tras una historia errante y no carente de vergüenza llegamos a una época democrata prospera, que poquito a poco y sin que nadie se haya sido cuenta finalmente nos ha sido arrebatada. El Congreso de los Diputados no deja de ser un espectáculo de marionetas perfectamente orquestado para que parezca que en este país se hace algo. Pero todo es mentira, máxime cuando ya y desde pequeño son los medios de comunicación y la publicidad la que nos educa y da forma a aquello que debemos ser. ¿Y que debemos ser? Pues bajo mi punto de vista, poco más que unos zombies poseedores de una tarjeta de crédito y carentes de amor propio. Los descendietes de aquellos que se preocuparon por que sus hijos tuviesen un futuro ahora se preocupan unicamente de quien será el próximo expulsado de la casa de Gran Hermano y en escuchar divertidos el último exito Reggaetoniano.

Especialmente repugnante me ha parecido recientemente que miles de personas se reuniesen y se manifestasen en pro de las mentiras de un gobierno caduco desde el primer día, en proclamar las ideas equivocadas que una ignorancia sobre el asunto les ha otorgado y en defender el ideario que poquito a poco e inconscientemente se les ha inculcado. Y es que las últimas manifestaciones "en favor de la paz" no han sido otra cosa que infumables. Gentes defendiendo el diálogo con una organización terrorista, gentes que dan carpetazo y asume la independencia de una parte de España, gente que no sabe ni de que va el asunto pero esta ahí por protestar, y gente que no duda en manifestarse al lado de aquellos que siempre los ha faltado el respeto. Y mientras tanto, los telediarios dando información de acuerdo a la sombra que les cobija. La gente lo asume, nadie se pregunta porque todo es así, porque tiene que vivir una vida que antes de que se diese cuenta ya había sido decidida por él, y manufacturada de acuerdo a unos canones beneficiosos para cuatro grandes empresas.

Y es que siento verdadero asco cuando la máxima aspiración de mucha gente de mi edad sea echar horas en un trabajo malpagado para poder ponerle unos bonitos faldones a su coche hortera. Y también siento verdadera repulsión cuando parece que no existe nada más beneficioso para el alma que salir un sábado por la noche a cogerse una cogorza de miedo sin saber de quien "te has enamorado", al tiempo que el gobierno decide que películas tenemos que ver sin ser penalizados por ello, que hamburguesas y de que tamaño podemos ingerir, que televisión ha de ver nuestros hijos, y como reparte el país junto a gentes indeseables e inefables como Carod - Rovira, Arnaldo Otegui o Juan José Ibarretxe; con el benepácito de Polanco para la debida campaña de publicidad.

Y mientras tanto, grandes grupos neoconservadores tienen la cara de alzarse como defensores de la democracia y la razón. Pero claro, los grandes grupos mediáticos han de aprovecharse para que muchos zombies se sumen a su causa y voten a una determinada opción política sin que su alma sepa porqué lo hace.

Entonces solo me queda preguntarme como esta Monarquía Bananera puede considerarse europea, cerca de otros paises donde vivir no se convierte literalmente en misión imposible, donde el gobierno te ayuda a crear una familia, y donde el nivel de vida es considerablemente mayor con una clase dirigente que te toma como algo más que un borrego. Pero esto, amigos mios es otra historia, una historia que a buen seguro tendrá un final funesto, con lo que solo me queda decir que Dios nos pille confesados.

Murray

1 comentario:

Anónimo dijo...

Je je je, me pillas de nuevo obsesionado con los Tercios de Flandes, estoy leyendo El Sol de Breda del gran Reverte. En fin, ¿qué decir sobre este tema que no hayamos dicho mil veces ya? Y lo más importante: ¿Qué podemos hacer para remediarlo? Y si vemos que no podemos hacer nada pues emigramos a Francia o a Alemania, que jodieron bien los de esas naciones a nuestros viejos soldados de los tercios, pero al menos han avanzado algo y se han vuelto más civilizados. Al contrario que nosotros, ni siquiera podemos presumir de la cultura que teníamos en aquella España decadente de los últimos Austrias. No hay Lopes, ni Quevedos, ni Tirsos de Molina, ni Cervantes, ni Góngoras, ni Calderones de la barca...
Deprimente.

A todo esto: puedes borrar mi presentación esa cutre. Estoy intentando hacer un escrito más o menos decente saliendo de mi línea depresiva habitual, a ver si mañana aprovecho la clase de matemáticas para inspirarme y escribir algo en condiciones. Me gusta el riesgo...

En fin, saludos a todos